Si eres un joven músico es posible que vivas en una de las mejores épocas de la historia. No hago referencia a corrientes musicales nuevas o a cierto tipo de estatus quo que predomine en la escena musical actual que sea de alguna manera superior al de distintas eras, sino a algo más simple pero complejo a la vez.
Si habláramos de producción musical hace cuarenta años tendríamos un concepto totalmente distinto del que podemos tener hoy en día. La evolución tecnológica ha permitido que el proceso de grabación se simplifique a tal grado que hoy es posible crear un álbum desde cero en tu propia casa encerrado en tu habitación y ser una sensación entre millones de personas. ¿Crees que estoy exagerando? Permíteme explicarte cómo es posible que esto suceda.
Durante el siglo XX la música pasó por un proceso evolutivo tremendo, pasamos de utilizar formatos análogos que funcionan por medio de fenómenos físicos a formatos digitales que operan de una forma tan distinta que es casi inverosímil que existan sólo unas cuantas décadas de diferencia entre ellos. Pasamos de grabaciones por cinta magnética con la capacidad de grabar una sola pista a la vez, a consolas enormes que permiten grabar a una orquesta entera al mismo tiempo instrumento por instrumento, pasamos de los discos de vinilo a los casets, de los casets los CD de los CD al mp3 y ahora del mp3 al steaming digital. Antes para conseguir una calidad de audio profesional se necesitaba de un estudio de grabación con equipo profesional, condiciones acústicas ideales, ingenieros de audio y un productor dedicado a la mezcla y el resultado final; hoy se pueden conseguir resultados similares con una computadora, una interfaz de audio, un controlador midi y un DAW.
Antes de que los ingenieros de audio me crucifiquen por decir lo anterior quiero resaltar que el resultado de una grabación profesional en estudio siempre será superior al de una grabación casera, los detalles, la mezcla y la calidad sonora gozan de un proceso más refinado y complejo, sin embargo, para oídos poco entrenados o condiciones de escucha inferiores, entre una producción de estudio y una casera la diferencia puede resultar mínima.
Déjame explicarte a continuación cómo funcionan algunas de estas herramientas modernas que puedes utilizar tú para empezar a producir tu propia música sin gastar toda tu herencia familiar.
Lo primero que necesitas es un aparato que pueda transformar las ondas sonoras análogas producidas por tu instrumento o tu voz a código binario, ósea a digital; y a ese aparato se le llama interfaz de audio. Este tiene forma de una pequeña caja con entradas y perillas y existe una gran variedad de ellos, desde los más básicos y rudimentarios con una sola entrada hasta interfaces con 18 entradas o más, entre más funciones tenga la interfaz mayor es el precio, pero se puede comenzar con algo sencillo.
Lo segundo que necesitas es algo que capture dichas ondas y las mande a la interfaz y ese algo en un micrófono y un cable xlr, probablemente no necesitas que te explique cómo es un micrófono, ya habrás utilizado alguno en su momento, pero puedo explicarte que existen un gran número de ellos con diferentes funciones y sistemas, entre los más populares se encuentran los micrófonos dinámicos y los micrófonos de condensador o diafragma, estos últimos requieren de una fuente de alimentación electrónica que les transmita corriente para funcionar adecuadamente y a esta fuente se le denomina “Phantom Power”; pero no te preocupes, muchas de las interfaces de audio lo tienen integrado así que no es necesario comprarlo por aparte.
Lo tercero es una computadora y un DAW, la interfaz de audio comúnmente se conecta por un cable usb a la computadora, pero necesitas un programa especial para que la computadora se comunique con la interfaz de audio y te permite grabar y hacer tus mezclas y a estos programas se les denomina DAW (por sus siglas en inglés Digital Audio Workstation) existen cientos de DAW, los más populares son Pro Tolos, Logic, Cubase, Audacity, Reaper, entre otros; pero no te abrumes pensando en cual adquirir, todos funcionan casi de la misma manera, con algunas diferencias en las prestaciones y el ecosistema, pero en esencia son lo mismo. Reaper y Audacity puedes utilizarlos sin costo (Reaper no es gratis, pero te deja utilizarlo indefinidamente sin limitaciones) así que se puede economizar tanto como quieras en ese aspecto.
Lo cuarto que necesitas es un monitor de audio o unos audífonos que puedas conectar a la interfaz para monitorear lo que grabas y poder ecualizar y mezclar de forma efectiva, tienes que asegurarte de que lo que decidas adquirir sea especializado para producción musical, ya que estos dispositivos te dan una respuesta neutra de lo que grabas sin pre-ecualizaciones a diferencia de los aparatos más comerciales, por lo que podrás escuchar el resultado de manera más fiel a lo que se está realizando.
Lo quinto que necesitas (aunque es un poco más opcional) es un controlador MIDI, este aparato tiene forma de teclado, pero reducido en tamaño y con paneles táctiles, perillas y botones; los controladores midi se utilizan de muchas maneras, pero uno de sus principales usos es el de controlar instrumentos virtuales por medio de plugins y con el DAW.
Y eso fue lo esencial para comenzar a producir música (sin contar los instrumentos que vayas a utilizar), en el proceso de grabar y producir irás aprendiendo cómo obtener un mejor sonido canciones de mayor calidad; en la plataforma de YouTube existen miles de videos que te pueden enseñar paso por paso cómo utilizar las herramientas que te acabo de mencionar y muchas otras más que podrás adquirir conforme avances en tu capacidad de producción. Recuerda que en todo proceso de aprendizaje se requiere de perseverancia para lograr mejores resultados y disposición de seguir aprendiendo de forma continua.
En YouTube puedes ver ejemplos de músicos que han producido sus canciones en su casa y han logrado un éxito tremendo, tal es el caso del usuario 347AIDAN con su canción “Dancing In My Room” que actualmente cuenta con casi cuarenta millones de reproducciones. Recuerda que el talento y la perseverancia valen más que el dinero y que con los conocimientos necesarios puedes realizar composiciones increíbles que alcancen a cientos, miles o incluso millones de personas, el único límite es el que tú puedas imponer.
Por: Emilio Aparicio
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