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Emilio Aparicio

El legado de Carlos Ruiz Zafón


“La vida del artista es una vida de riesgo, incertidumbre y casi siempre, de pobreza. No se escoge; ella lo escoge a uno.”
(Carlos Ruiz Zafón,1999, Marina.)

Cuando vamos al cine esperamos sentarnos frente a una enorme pantalla que por un par de horas nos cuente una historia que nos conmueva, nos emocione o nos aterre; rodeados por un sonido envolvente que intensifica los matices y complementa todo aquello que se muestra frente a la cámara. Lo mismo puede ocurrir al ir al teatro o a un concierto, donde nuestros sentidos reciben estímulos inmediatos que nos generan un placer único. Nos encantan esas experiencias, y los artistas cada vez cuentan con más herramientas para evolucionar, innovar y brindarnos algo nuevo, así que ¿Dónde quedan los libros en este festival de éxtasis y locura?


Un escritor sólo cuenta con su pluma, una hoja en blanco y una historia ansiosa por salir de su corazón y ser leída por alguien. Aquí no hay efectos especiales, no hay bandas sonoras ni vestuarios, no hay un público compartiendo su emoción, ni un actor frente a nosotros, sólo estás tú con un libro en tus manos, en un lugar silencioso, esperando algo increíble. Es aquí donde comienza la magia.


Es difícil explicar porque Carlos Ruiz Zafón fue un genio con las palabras, sólo basta con leer las primeras páginas de La Sombra del Viento para encoger el corazón y dejarte llevar por las calles de Barcelona en 1945 y saber que lo que está por suceder no te lo querrás perder por nada en el mundo. Sus historias exploran a profundidad los conflictos internos de sus personajes de forma orgánica, haciendo fácil el poder identificarnos con ellos, con sus dilemas y sus pensamientos; el mismo autor profesa a través de uno de sus personajes: “Los libros son espejos, sólo vemos en ellos lo que ya llevamos dentro” argumento que en lo personal me fue demostrado en la mayoría de sus historias. Las tramas de sus libros si bien en muchas ocasiones son puramente fantasía, los escenarios históricos y los elementos descriptivos tan detallados de los escenarios y costumbres de la época nos hacen mantener un pie en la realidad como otro en el retrato de una Barcelona herida por los estragos de la guerra civil rodeada por un aura de misterio y dolor que resulta adictivo explorar en cientos y cientos de páginas.


El legado de este escritor va más allá de ser un best seller (a pesar de que quince millones de ejemplares de un sólo libro vendidos en todo el mundo no se puede dejar a un lado) consiste en el efecto que causó en sus lectores, en la forma de narrar eventos tan simples como un atardecer, haciendo parecer que es algo mágico e irrepetible, en la originalidad de sus relatos cargados de misterio, intriga y pasión, en la introspección de la psicología humana, de la religión, la moral y la sociedad; en el homenaje que rinde a tantos escritores, en la forma en la que maneja el lenguaje de forma poética, sencilla y personal, y del respeto que le da a la literatura como la madre de todas las artes.


“Si alguien pensaba que la auténtica novela gótica había muerto en el siglo XIX, este libro le hará cambiar de idea, Una novela llena de esplendor y de trampas secretas donde hasta las subtramas tienen subtramas. Hay que ser un romántico de verdad para llegar a apreciar todo su valor; pero si uno lo es, entonces es una lectura deslumbrante.”
Stephen King. (En su crítica a la sombra del viento)

Ya sea que decidas adentrarte a la tetralogía del Cementerio de los libros olvidados o que comiences con una historia sencilla pero deslumbrante y muy personal como Marina o incluso leas el fantasioso, pero lleno de magia El príncipe de la niebla, no será una experiencia que te deje indiferente. Cómo lector habitual puedo decir que este escritor revivió mi amor por la literatura y le dio un sentido único que no he logrado encontrar en ningún otro autor, y a pesar de que su prematura partida fue un golpe duro para el mundo de las letras el hecho de poder revivir sus historias con cada lectura nueva y encontrar algo distinto siempre me hace recordar que las letras perduran para siempre y que un escritor, una historia, unos personajes y una época vuelven a la vida con la misma fuerza y sinceridad con tan sólo abrir un libro y devorar sus páginas letra por letra.

En nuestra memoria y en nuestros corazones permanece su legado, sus historias nos acompañaron a millones de lectores y nos hicieron recordar (como le dijo Marina a Oscar en una época muy lejana) lo que nunca sucedió.

Emilio Aparicio.


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